Una
expedición de exploración origina la fundación no autorizada de la ciudad de
Mérida el 9 de octubre de 1558 por parte de Juan Rodríguez Suárez, tal hecho
fue motivo para que el capitán español fuese considerado proscrito y tuviese
que huir hacia el norte para luego unirse a Diego de Losada en la campaña del
centro.
Según
referencias históricas, Mérida como ciudad, no es producto de la empresa
colonial española como esfuerzo de la autoridad de la Corona Real, sino una
desobediencia y una inspiración de aventureros y aguerridos que optaron por
establecer una ciudad donde ellos lo creyeron conveniente-
Cuando la
autoridad pertinente de Pamplona se entera de las correrías de Juan Rodríguez
Suárez, ya Mérida como sitio poblado es hecho consumado en la tierra cálida que
llamó La Lagunilla y que los indios denominaban Yoama, luego para hacer sentir
la autoridad y las ordenanzas vigentes para la fundación de poblados por parte
del Consejo de Indias, la ciudad será trasladada hasta el valle del Tatuy hoy
conocida como La Punta, luego Juan de Maldonado efectúa la segunda mudanza
hacia el lugar en que hoy se encuentra y le da el pomposo nombre de Santiago de
los Caballeros de Mérida.
Los
merideños estuvieron siempre atentos al menor grito de libertad, participaron
en todos los movimientos de la independencia y en 1810 siguieron el ejemplo de
Caracas. Con sobrada razón la Provincia de Mérida está representada en una de
las ocho estrellas del Tricolor Venezolano. Los nombres y las acciones de los
héroes, hijos de esta tierra llenan las páginas de la gesta emancipadora de
todo el continente.
Mérida es
una ciudad identificada con el hecho cultural, ha sido así desde los días de su
fundación. Mariano Picón Salas lo destacó: “ciudad de deleitable color y
placidez entre todas”, habitada por “las gentes más españolas entre las que
pueblan la enorme y diseminada Venezuela”. Y esa identidad proyecta su
existencia en el mundo. /José Miguel Monagas