domingo, 5 de mayo de 2024

Jehyson Guzmán: Una retrospectiva de un trabajador





 
Para comprender los hechos actuales debemos revisar la historia, esa en común que tenemos los venezolanos, la misma que muchos vivimos durante la época de los 80. Así como usted, señor o señora que me lee, yo también vengo de una familia humilde en la que, con esfuerzo y trabajo, mi padre (un obrero de la universidad que hoy es abogado) y mi madre (una peluquera, que hoy es contadora) lograron, con mucha gallardía, sostener la familia y salir adelante. 
 
Siendo adolescente, comprendía que la libertad no era solo un salario, sino el tener la independencia de pensar de manera disruptiva y de decidir. Los venezolanos vivimos el tránsito de una época terrible durante la 4.ª República, cuando la renta petrolera benefició a una élite entreguista y dejó al pueblo en la miseria. 
 
Papá pasó varios meses trabajando sin cobrar; mamá con trabajo, pero sin clientes. Nos tocó reinventarnos y, junto a mis hermanos, trabajar y estudiar para sobrevivir y resistir. Trasladarnos a trabajar las tierras para obtener frutos como aguacate, naranjas y café para venderlos, inclusive, a precios por debajo del mercado, pero con la satisfacción de llevar el alimento a casa. 
 
Luego, inspirados por nuestro líder Hugo Chávez, quien nos enseñó a comprender la distribución y la justicia social del esfuerzo del Estado y del poder del pueblo para la consolidación de un estado de bienestar, se rompió con la costumbre del 15 y último, enseñándonos el verdadero valor del ingreso salarial. 
 
Ahora, después de esta retrospectiva, en este presente de mil batallas, junto al invicto comandante Hugo Chávez, quien promulgó el 30 de abril de 2012 la Ley del Trabajo para los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT) con la meta de reivindicar a la clase obrera con una herramienta que nos ha servido para vencer la presión de una Venezuela sancionada y bloqueada. Hoy, podemos decir que ha sido heroico lo que hemos vivido, lo que ha hecho nuestro presidente Nicolás Maduro para no fallarle a Venezuela, hombre que ha batallado y resistido durante varios años, pero siempre manteniéndose leal a la Revolución bolivariana y al pueblo, garantizando con ingenio el pago oportuno a la fuerza trabajadora. 
 
Cuando los recursos son trabajados con esfuerzo, abnegación y pasión se le da el mayor de los valores. Mucho hemos transitado por diferentes momentos históricos, hoy les digo que, sin lugar a duda, la esperanza está en la Revolución Bolivariana, sobre todo en ese extraordinario ser humano, Nicolás Maduro, quien con sabiduría y experiencia ha gobernado a Venezuela superando todas las adversidades y sigue trabajando sin descanso para reivindicar las luchas sociales de la clase obrera y, con ella, fortalecer el motor productivo de la nación; repito, venciendo obstáculos, sanciones, bloqueos y traiciones de quienes han conspirado para derrocarlo, apátridas que no han podido ni podrán contra este pueblo trabajador. Juntos avanzaremos para construir un país de futuro, amor, paz y, sobre todo, la Venezuela libre, soberana e independiente. /Prensa Gobernación de Mérida.

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