Prensa OVV Mérida
De
50 bandas delincuenciales que se contabilizaron en 2020 en el estado Mérida,
esta cifra bajó a más de la mitad para situarse en 24 en 2021. Durante 2022 la cantidad
decreció aún más hasta llegar a 15 de estas peligrosas organizaciones. De
hecho, en lo que va del año 2023, sólo hay registro de actividad de 3 de estas
bandas, una propensión que, de mantenerse, seguiría marcando una aparente
tendencia a la baja al finalizar el presente año.
Sobre
los anteriores números se deben hacer dos precisiones necesarias: primero, se
trata de cifras recogidas y procesadas por el equipo de investigación del
Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida) –desde el año 2020
hasta el presente (febrero 2023)– y, segundo, que tales cantidades solo abarcan
aquellos casos que han sido publicados por los medios de comunicación social de
la entidad merideña, por lo que cabe la posibilidad de que, por diversas
razones, no estén reseñados diversos hechos delictivos perpetrados por otro
conjunto de grupos delincuenciales que hagan vida en el estado.
En
todo caso, el monitoreo efectuado por el OVV Mérida sobre las bandas, en este
período de poco más de tres años, encontró referencias a un total de 92 de
estas organizaciones delictivas. De ese número, las autoridades policiales y
militares lograron el desmantelamiento de 58, lo que representa el 64,4% de la
globalidad ya indicada, y también revela que 34 bandas mantuvieron sus
actividades al margen de la ley.
La
contabilización llevada por el equipo de investigadores precisa que en las 58
bandas sometidas por las autoridades, participaban unos 266 integrantes, de los
que 238 terminaron capturados (89,5%) y 28 fallecieron por muertes violentas en
intervenciones policiales (10,5%). Un dato particularmente llamativo es que la
totalidad de las muertes de los delincuentes se concentró en el año 2020. De
los datos revisados también se conoció que el 82,9% de los victimarios son hombres,
en edades comprendidas entre los 18 y 64 años.
En
cuanto a los principales delitos en los que se concentra la actividad de estas
bandas, destacan, principalmente, los robos (42,9% del total de casos
conocidos), hurtos (29,3%) y la extorsión (7,5%). Estos tres tipos de delitos
concentran 79,7% del total de transgresiones a la ley cometidas por los grupos
delictivos identificados.
Desde
una perspectiva temporal, el análisis de los datos aportados por el monitoreo
determinó que han perdido peso los delitos violentos –robos y la extorsión, por
ejemplo– mientras que vienen aumentando los delitos no violentos, tales como
hurtos, estafa y tráfico de drogas.
Tendencia femenina
Pese
a que el 82,9% de los victimarios son hombres, a los investigadores les llamó
poderosamente la atención de la existencia de una clara tendencia hacia un
aparente aumento de mujeres victimarias, quienes en rol de consumadoras de
delitos se suman a las filas de las bandas delincuenciales.
Ese
hallazgo concuerda con los resultados derivados de un estudio reciente
emprendido por el OVV Mérida centrado en el papel cada vez más significativo
que han venido tomando ciertas mujeres merideñas, o grupos de mujeres
merideñas, en la perpetración de delitos violentos y no violentos dentro del ámbito
delincuencial, en el hogar e, incluso, en sus labores como funcionarias de
cuerpos de seguridad del Estado.
Territorios ocupados
De
las 92 bandas mencionadas en las distintas reseñas aparecidas en los medios de
comunicación monitoreados por el OVV Mérida, en 88 se logró determinar el
territorio municipal donde operaban.
Fue
así que la revisión determinó que la mayoría de estos grupos delincuenciales
hace vida en los municipios Alberto Adriani (26) y Libertador (21). En estas
dos entidades municipales se concentra alrededor de la mitad de la acción
ejercida por las bandas.
Por
otro lado figuran cuatro municipios más con importante actividad de grupos
delictivos. En orden de importancia se trata de Obispo Ramos de Lora (9), Campo
Elías (6), Sucre (6) y Tovar (5).
Migración y cambio de “rubro”
Entre
las posibles explicaciones que expone el OVV Mérida para comprender la presunta
tendencia a la disminución del número y –por ende– de la actividad de las
bandas delincuenciales en el referido estado andino, surge, como primer factor,
la emergencia humanitaria compleja que persiste en Venezuela y que lleva a los
delincuentes a considerar poco lucrativas actividades como el robo y el hurto,
pese a los posibles indicios de una mejora de las condiciones económicas del
país.
“Pero
es también posible –razonan los investigadores– que muchos de estos
delincuentes hayan migrado hacia el extranjero pero quizás otro buen número
“migró” a la delincuencia organizada (más lucrativa y que se dedica a otros
delitos) que opera en municipios de la entidad –sobre todo hacia la zona
Panamericana–, en municipios de entidades vecinas (Táchira y Zulia) y sobre
todo hacia la cercana frontera colombo-venezolana”.
Las
acciones desplegadas por los cuerpos de seguridad del Estado, en operativos y
otros mecanismos de intervención policial, también se cuenta como un factor que
muy probablemente ha incidido en la tendencia a la disminución del número de
bandas.
Finalmente, y muy conectado con la anterior explicación, el aumento, hasta 2020 –puesto que en 2021, 2022 y lo que va de 2023 no ha ocurrido ninguna–, las muertes por intervención policial en operativos de seguridad ciudadana, también debe contarse como un elemento a tomar en cuenta en la apreciable disminución del número de bandas delincuenciales