La especulación desbordada por algunos comerciantes en Mérida tiene a
los ciudadanos en constante angustia, ya que deben caminar de comercio en
comercio para poder conseguir alimentos un poco más económicos.
La diferencia en el precio de los alimentos es descarada, por lo que los
ciudadanos se sienten desprotegidos ante la mirada cómplice de quienes deben
controlar y no permitir está situación.
Para los merideños ya se hace casi imposible la compra de alimentos y
medicinas, sin dejar a un lado el pago de los servicios públicos ante el
incremento diario de precios.
Ante esto los merideños exigen a las autoridades responsables que controlen de alguna manera los altos precios que terminan de pulverizar el bajo sueldo, lo cual sigue maltratando la calidad de vida de todos, en especial, de aquellos que perciben el mínimo cada mes. / Redacción CC