Un bote de aguas negras y malos olores afecta no solo a los transeúntes que entran o salen del Hospital Universitario de Los Andes en la capital merideña, sino también a los comerciantes que expenden alimentos preparados, víveres e inclusive artículos de aseo personal en la vía principal.
José Gregorio Dávila, es vecino de la comunidad de San José Obrero y diariamente transita por este lugar; indicó que esta situación se vuelve cada día más compleja e incómoda debido a que deben pasar obligatoriamente por esta calle principal de acceso al centro de salud de la ciudad, y percibir los malos olores como consecuencia de la las aguas negras que corren libremente.
No obstante Dávila explicó que «la alcantarilla dónde deberían desembocar las aguas negras también se encuentra obstruida provocando la acumulación del líquido maloliente en plena vía pública, atrayendo además insectos y roedores».
Hizo el llamado José Gregorio Dávila para que el ente competente Aguas de Mérida realice las acciones necesarias y de pronta solución a esta problemática ya que no afecta solo a los comerciantes que hacen vida en la zona, sino a todo aquella persona que a diario debe pasar por allí para ir al hospital, entre ellos el personal sanitario».
