Uno de los dirigentes que durante su vida más tiempo le dedicó a su Municipio fue un trabajador incansable, un hombre con gran vocación de servicio.
En un emotivo acto con la presencia de las autoridades municipales, encabezadas por el ciudadano alcalde del municipio Zea, Víctor Bustamante y Mariela Moreno, Presidenta del Concejo Municipal en compañía de los demás concejales, familiares, invitados especiales, se rindió homenaje, a tres años del fallecimiento del ex Concejal Samuel Eduardo Labrador.
El Concejo Municipal mediante acuerdo aprobó por unanimidad que el Salón de Sesiones llevase su nombre, en el acto se develó una placa, imagen y se entregó un cuadro de su retrato a sus familiares.
El Alcalde de Zea, Víctor Bustamante, manifestó que vivió gratas experiencias con este gran hombre que siempre daba un paso al frente ante cualquier situación que se presentará en el municipio, "hoy recordamos a Eduardo como aquella persona que sembraba árboles, que en época de navidad recorría las comunidades entregando regalos con su traje de San Nicolás, que le tendía la mano a cualquiera que le solicitaba su ayuda, siempre estuvo presente en cualquier actividad del municipio", añadió Bustamante.
Por su parte Mariela Moreno, presidenta del Concejo Municipal, dijo que "Eduardo Labrador se caracterizó por ser una excelente persona que le dedicó gran parte de su vida al trabajo social cuando estuvo al frente de importantes responsabilidades como Concejal, Prefecto y funcionario de la alcaldía de Zea".
“Labrador gozó siempre del respaldo y reconocimiento del pueblo zedeño, merecedor de múltiples reconocimientos, que dejó huellas en cada paso de lucha, de amor y vocación incansable por su pueblo”, agregó Moreno.
Raquel Labrador en nombre de la familia agradeció a la Alcaldía y Concejo Municipal por este reconocimiento, dijo que su hermano representó una lección de vida para cada uno de nosotros, "hoy llamamos a la reflexión para seguir su ejemplo de grandeza y crear un mundo mejor".
Manifestó además que "Eduardo nos enseñó a que si no somos capaces de respetar, honrar y amar a nuestros hermanos, vecinos a quienes nos prestan un servicio, no estaríamos preparados para vivir".
"Finalmente expresó que una de las grandes lecciones de Eduardo fue vivir en felicidad, considerando que la felicidad no es un fin, ni un lugar donde vamos a llegar, es un camino que día a día recorremos y sobre todo es nuestra decisión, en sus últimos años de vida Eduardo nos dejó muchas enseñanzas porque siempre andaba con un rostro lleno de alegría bienestar y paz, sin importar la situación de salud por la que estaba pasando. Prensa Alcaldía Zea/CNP:19.019