El rector de la
Universidad de Los Andes (ULA), Mario Bonucci Rossini, pidió paciencia a las
personas que estén necesitando certificaciones de sus documentos y requieran
las firmas del rectorado y secretaria, en vista de las mafias que han
desarticulado en la casa de estudios.
«Lamentablemente por
la pandemia la universidad estuvo cerrada, no habían actividades
administrativas y por eso hubo un retraso considerable. Quiero decir que eso es
responsabilidad del rectorado de la ULA, sino de la Secretaría (…) Hubo un
retraso de aproximadamente un año y medio en la entrega de esos documentos.
Ese retraso hizo
proliferar mafias dentro de la universidad, personal que trabajaba con uno al
lado. Personas que se robaban los papeles ya firmados por el rector y antes de
llegar a la taquilla, luego le decían al dueño de los papeles que ya los tenían
y valía 100 dólares», relató.
Asimismo, comentó que
otro de los modus operandi era la falsificación de firmas del rector y del
secretario para llevar a cabo trámites administrativos, pero afortunadamente
lograron desarticular una de las mafias y se intervino la oficina de grado.
«Logramos
desarticular una de las mafias, sacamos al personal y se empezó una
intervención de la Oficina de Grado. Eso se empezó entre septiembre y octubre
del año pasado (…)
Había conexiones al
servidor de grado que no sabemos desde dónde estaban operando.
Nos ha tocado hacer
un nuevo cableado, limpiar las computadoras y colocarlas en cero», detalló
El rector de la
Universidad de Los Andes (ULA), Mario Bonucci Rossini, pidió paciencia a las
personas que estén necesitando certificaciones de sus documentos y requieran
las firmas del rectorado y secretaria, en vista de las mafias que han
desarticulado en la casa de estudios.
«Lamentablemente por
la pandemia la universidad estuvo cerrada, no habían actividades
administrativas y por eso hubo un retraso considerable. Quiero decir que eso es
responsabilidad del rectorado de la ULA, sino de la Secretaría (…) Hubo un
retraso de aproximadamente un año y medio en la entrega de esos documentos.
Ese retraso hizo
proliferar mafias dentro de la universidad, personal que trabajaba con uno al
lado. Personas que se robaban los papeles ya firmados por el rector y antes de
llegar a la taquilla, luego le decían al dueño de los papeles que ya los tenían
y valía 100 dólares», relató.
Asimismo, comentó que
otro de los modus operandi era la falsificación de firmas del rector y del
secretario para llevar a cabo trámites administrativos, pero afortunadamente
lograron desarticular una de las mafias y se intervino la oficina de grado.
«Logramos
desarticular una de las mafias, sacamos al personal y se empezó una
intervención de la Oficina de Grado. Eso se empezó entre septiembre y octubre
del año pasado (…)
Había conexiones al
servidor de grado que no sabemos desde dónde estaban operando.
Nos ha tocado hacer
un nuevo cableado, limpiar las computadoras y colocarlas en cero», detalló