P.
Duglas Briceño
Ante
las dificultades que vive el mundo a causa de la pandemia, se puede afirmar que
la iglesia merideña ha revivido la experiencia de Pablo, el Apóstol de los
Gentiles cuando en Atenas, tras haber predicado en muchos otros lugares, se
dirigió al areópago y anunció allí el Evangelio usando un lenguaje que hoy
podríamos definir ‘inculturado’ (cfr Hch 17,22-31).
Ese
espacio, que entonces representaba el centro de la cultura del culto pueblo
ateniense, hoy “puede ser asumido como símbolo de los nuevos ambientes en los
que se debe proclamar el Evangelio” (Redemptoris missio, 37). En consecuencia,
la referencia a ese acontecimiento constituye una invitación apremiante a saber
valorar los areópagos de hoy, las redes sociales, las plataformas digitales y
los medios de comunicación, donde se afrontan los grandes desafíos de la
predicación del evangelio, para un pueblo sediento de Dios.
Son
muchas las experiencias vividas, en todas las instancias de vida de la iglesia,
a lo largo de este tiempo de cuarentena, que ha obligado a cambiar esquemas, y
salir del confort, para asumir el reto de continuar anunciando el evangelio a
través de los espacios que se abren a través de las plataformas digitales y
medios de comunicación tradicionales, apoyados siempre por el espíritu de fe y
que ve la historia a la luz del Evangelio.
Ante
las normativas en tiempo de pandemia, entre las que se encuentra la prohibición
de aglomeraciones, la iglesia tuvo que tomarse de la mano de las oportunidades
ofrecidas por los nuevos espacios modernos, en especial los digitales, siendo
las más comunes Instagram y Facebook, para continuar acompañando a sus fieles,
donde se puede observar una gran presencia eclesial con la trasmisión de las
misas y las diferentes actividades. Aunque para muchos ha significado un reto,
pues no tenían mucho manejo de estas plataformas, se ha convertido en grandes
aprendizajes, que se ven reflejados en la repuesta de la feligresía, quienes a
pesar de la nostalgia que expresa ante la imposibilidad de ir a su iglesias,
sienten la presencia y el acompañamiento de la iglesia a través de estas
plataformas digitales.
Durante
el tiempo que llevamos de cuarentena, entre los que se encuentra la Semana
Santa, la iglesia merideña ha trasmitido las eucaristías y las celebraciones
propias del día, del Cardenal Baltazar Porras, de Mons. Luis Enrique Rojas y de
los sacerdotes, junto a las diferentes iniciativas de los fieles, como
rosarios, coronilla de la misericordia, ángelus, a través de los medios propios
2 televisoras y 6 radios; también es importante resaltar el trabajo que ha
realizado gracias a la colaboración de un grupo de medios de comunicación independientes
que han abierto las puertas para trasmitir a través de 3 televisoras en el
mocotíes y casi 30 radios en toda la geografía arquidiocesana.
En las Redes Sociales también se ha tenido
presencia en las siguientes direcciones: Cardenal Baltazar Porras:
Twitter: @bepocar / Instagram: @cardenalbalzarporras; Arquidiócesis de
Mérida: Twitter: @prensarquimer1 Instagram:
@prensarquimer1; YouTube: Arquidiócesis de Mérida-Venezuela; Seminario San
Buenaventura: vía Instagram @seminariodemerida y Facebook Seminario San
Buenaventura; a las que se unen unas 12 parroquias que trasmiten sus
actividades por estas plataformas digitales.
En tal sentido, es necesario mirar a los “nuevos
areópagos” con ojos de agradecimiento ante la oportunidad que nos presentan,
pues se abren de hecho nuevas puertas para anunciar el Evangelio, teniendo
siempre presente de no caer en los anuncios personalistas o protagonismos
individuales, queriendo mostrarse cada uno para sobresalir, sino que la
prioridad pastoral es mostrar el verdadero rostro de Cristo, Señor de la
historia y único Redentor del hombre. Esto exige que cada comunidad cristiana y
la Iglesia en su conjunto ofrezcan un testimonio de fidelidad a Cristo,
construyendo pacientemente esa unidad querida por Él e invocada por todos sus
discípulos. La unidad de los cristianos hará, de hecho, más fácil la
evangelización y la confrontación con los desafíos culturales, sociales y
religiosos de nuestro tiempo.