sábado, 12 de agosto de 2017

Merideños sufren en todos sus aspectos por la crisis que atraviesa el país

Los testimonios hablan por sí solo
Los merideños para poder compra comida deben madrigar y hacer interminales colas FOTO:DN
 
*** Con la situación de crisis que vive el país se han generado desoladores cuadros psicológicos en la población ***
Darwin Nava
Desde hace más de tres años los merideños han estado experimentado diversos cambios en la economía venezolana, que los ha llevado a compartir situaciones y experiencias que muchos de ellos jamás se imaginaron, como por ejemplo, que viviendo en un país petrolero y rico en minerales, tengan que hacer kilométricas colas para comprar alimentos de primera necesidad, permanecer en listas de varias semanas para comprar una batería o caucho, recorre cientos de farmacias para conseguir un medicamente o llegar a un centro de salud público y privado y que no lo puedan atender por falta de insumos.
Los anaqueles de los supermercados y bodegas estan sin comida FOTO:DN
 
En el siguiente trabajo especial consultamos las experiencias vividas por los merideños de distintos extractos sociales, quienes hoy en día ya no los separan las cosas materiales, porque está demostrado que quien tenía mucho ahora tiene poco y quien tenía lo suficiente ahora no tiene nada, pues el poder adquisitivo de los merideños que viven en los sectores populares como La Milagrosa, Andrés Eloy, Campo de Oro, El Chama por nombrar solo algunos, no se compara con el que viven habitantes de zonas como Las Tapias, Santa María, Carrizal entre otras, ya que lo más importante que beben tener estos hogares separando lo social, es sus neveras y sus despensas llenas y hoy en día ambas están vacías por la escases.
 
“Esté no es el país donde nací”




La señora Eugenia Rangel, habitante de la parroquia Milla del municipio Libertador, nos comentó que desde hace años solo le pide a Dios que la ayude, pues a sus 63 años jamás se imagino vivir situaciones tan amargas como tener que hacer enormes colas para que le vendan un solo kilo de harina de maíz, o tener que acudir a solicitar ayuda a sus vecinos porque el dinero no le alcanza para compra el tratamiento médico para controlar su diabetes, pues anteriormente se lo regalaban en el ambulatorio pero hoy día eso ya no sucedió más.
 
Los màs necesitados buscan algo de comer entre la basura FOTO:DN
 
 
“Esta situación que vive el país y que la evidenciamos todos los días en nuestra jurisdicción, no solo me tiene la vida triste y desconsolada porque no pienso en mí que ya viví, sino en los niños y niñas que están creciendo con desnutrición y los miles que nunca llegaron a conocer a sus madres porque murieron antes de nacer, por la mala racha en que se encuentra los centros de salud públicos y hasta los privados. Este espejo que tenemos al frente no es lo que yo quiero para las futuras generaciones porque esté no es el país donde yo nací”, sentenció Rangel.
 
Fueron una familia muy fuerte y unidad
 
Así mismo tuvimos la oportunidad de conversar con Arturo Ochoa, habitante de la parroquia Juan Rodríguez Suarez, quien destacó las terribles humillaciones que desde hace años le ha tocado vivir para poder comprar alimentos para sus dos hijos, y conseguir los medicamentos para su esposa que debido a la situación del país cayó en una depresión de la que no ha podido salir,  pues a pesar de que fueron una familia muy fuerte y unidad la crisis los llevó a una situación que a el mismo le da pena contar.
 
 
 
La popular bolsa de Clap no llega a todos los merideños por igual FOTO: DN
 
 
“Esto para mí es muy triste y has vergonzoso después de tener una bella familia, con mis hijos estudiando en un buen colegio, bien alimentados, tener un vehículo del año y lujos, hoy en día estoy viviendo alquilado porque la empresa para la cual le dedique parte de mi vida quebró, y no pude seguir pagando al banco las cuotas de la casa que compre para mi familia, tuve que vender el carro porque no tenía como mantenerlo, y sin contar las humillaciones que he pasado para poder comprar alimentos y los medicamentos para mi esposa que nunca me imagine tener que comprar”, manifestó Ochoa.
 
Nos acostumbramos a poco o a nada
 


De igual manera, consultamos a otra merideña Raquel Olinto,  habitante del sector Las Américas, parroquia Spinetti Dini de esta misma jurisdicción,   quien se catalogo como luchadora pero que a pesar de ser un roble, hoy en día esta tan débil como un tronco de un viejo árbol, pues no ha podido entender como los merideños a pesar de la lucha que han mantenido en los últimos meses para elevar su voz de protesta, no han logrado entender que el país no va a salir de esta situación encerrados en sus comunidades.


 
Los sectores populares son los que mas sufren con esta situacion de crisis FOTO:DN
 
“Los habitantes del municipio Libertador que hemos llevado palo hemos sido los de Las Américas, porque aquí no llega Clap y para poder comprar una harina, pasta o arroz, tenemos que madrugar para ver si corremos con suerte y podemos llevar algo que comer a nuestros hogares, mi nevara esta vacía desde hace varios meses, en mis despensas ni muchachas hay,  por eso te dijo que antes era un roble y hoy soy un tronco de un árbol viejo, porque lo más esencial que requiere un ser humano es su alimentación y no la tenemos, igualmente me quede sin vehículo porque no me cale más estar en listas de semanas para poder compara una batería o caucho, no sé ni a quien echarle la culpa, pero si hay culpables somos nosotros mismos porque nos estamos acostumbrado a poco o a nada”, sentenció.  


 
Al cierre de esta trabajo especial conversamos con la Doctora en Psicología Social y Docente Universitaria, Yorelis Acosta, quien indicó que no se trata de estar a punto de volverse loco con la situación que atraviesa el país, pero la incapacidad de las personas para responder día a día las necesidades que tienen sin que se genere angustia excesiva no contribuye a nada, “la situación de crisis que vive el país genera  preocupación excesiva, alteración mental, repercusiones físicas y enfermedades nerviosas generadas por el conjunto de factores externos negativos que los afectan” explicó.
 
 
 
El sistema pùblico de salud esta en total abandono FOTO: DN
 
Concluyó diciendo que “el Gobierno debería apoyar, invertir y promocionar a la gente que requiera soporte psicológico, y no negar la situación o esconder cifra, porque lo que hace es ponerle un parche a la realidad pero quien sufre el ciudadano de a pies”, expresó Acosta.

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