Los testimonios hablan por sí solo
Los merideños para poder compra comida deben madrigar y hacer interminales colas FOTO:DN |
*** Con la situación de crisis que vive el país se han
generado desoladores cuadros psicológicos en la población ***
Darwin Nava
Desde hace más de tres años los merideños han estado experimentado diversos
cambios en la economía venezolana, que los ha llevado a compartir situaciones y
experiencias que muchos de ellos jamás se imaginaron, como por ejemplo, que
viviendo en un país petrolero y rico en minerales, tengan que hacer
kilométricas colas para comprar alimentos de primera necesidad, permanecer en
listas de varias semanas para comprar una batería o caucho, recorre cientos de
farmacias para conseguir un medicamente o llegar a un centro de salud público y
privado y que no lo puedan atender por falta de insumos.
Los anaqueles de los supermercados y bodegas estan sin comida FOTO:DN |
En el siguiente trabajo especial consultamos las experiencias vividas por
los merideños de distintos extractos sociales, quienes hoy en día ya no los
separan las cosas materiales, porque está demostrado que quien tenía mucho
ahora tiene poco y quien tenía lo suficiente ahora no tiene nada, pues el poder
adquisitivo de los merideños que viven en los sectores populares como La
Milagrosa, Andrés Eloy, Campo de Oro, El Chama por nombrar solo algunos, no se
compara con el que viven habitantes de zonas como Las Tapias, Santa María,
Carrizal entre otras, ya que lo más importante que beben tener estos hogares
separando lo social, es sus neveras y sus despensas llenas y hoy en día ambas
están vacías por la escases.
“Esté no es el país
donde nací”
La señora Eugenia Rangel, habitante de la parroquia Milla del municipio
Libertador, nos comentó que desde hace años solo le pide a Dios que la ayude,
pues a sus 63 años jamás se imagino vivir situaciones tan amargas como tener
que hacer enormes colas para que le vendan un solo kilo de harina de maíz, o
tener que acudir a solicitar ayuda a sus vecinos porque el dinero no le alcanza para compra el tratamiento médico para controlar su diabetes, pues
anteriormente se lo regalaban en el ambulatorio pero hoy día eso ya no sucedió
más.
Los màs necesitados buscan algo de comer entre la basura FOTO:DN |
“Esta situación que vive el país y que la evidenciamos todos los días en
nuestra jurisdicción, no solo me tiene la vida triste y desconsolada porque no
pienso en mí que ya viví, sino en los niños y niñas que están creciendo con
desnutrición y los miles que nunca llegaron a conocer a sus madres porque
murieron antes de nacer, por la mala racha en que se encuentra los centros de
salud públicos y hasta los privados. Este espejo que tenemos al frente no es lo
que yo quiero para las futuras generaciones porque esté no es el país donde yo
nací”, sentenció Rangel.
Fueron una familia muy
fuerte y unidad
Así mismo tuvimos la oportunidad de conversar con Arturo Ochoa, habitante
de la parroquia Juan Rodríguez Suarez, quien destacó las terribles
humillaciones que desde hace años le ha tocado vivir para poder comprar
alimentos para sus dos hijos, y conseguir los medicamentos para su esposa que
debido a la situación del país cayó en una depresión de la que no ha podido
salir, pues a pesar de que fueron una
familia muy fuerte y unidad la crisis los llevó a una situación que a el mismo
le da pena contar.
La popular bolsa de Clap no llega a todos los merideños por igual FOTO: DN |
“Esto para mí es muy triste y has vergonzoso después de tener una bella
familia, con mis hijos estudiando en un buen colegio, bien alimentados, tener
un vehículo del año y lujos, hoy en día estoy viviendo alquilado porque la
empresa para la cual le dedique parte de mi vida quebró, y no pude seguir
pagando al banco las cuotas de la casa que compre para mi familia, tuve que
vender el carro porque no tenía como mantenerlo, y sin contar las humillaciones
que he pasado para poder comprar alimentos y los medicamentos para mi esposa
que nunca me imagine tener que comprar”, manifestó Ochoa.
Nos acostumbramos a poco
o a nada
De igual manera, consultamos a otra merideña Raquel Olinto, habitante del sector Las Américas, parroquia
Spinetti Dini de esta misma jurisdicción,
quien se catalogo como luchadora pero que a pesar de ser un roble, hoy
en día esta tan débil como un tronco de un viejo árbol, pues no ha podido
entender como los merideños a pesar de la lucha que han mantenido en los
últimos meses para elevar su voz de protesta, no han logrado entender que el
país no va a salir de esta situación encerrados en sus comunidades.
Los sectores populares son los que mas sufren con esta situacion de crisis FOTO:DN |
“Los habitantes del municipio Libertador que hemos llevado palo hemos sido
los de Las Américas, porque aquí no llega Clap y para poder comprar una harina,
pasta o arroz, tenemos que madrugar para ver si corremos con suerte y podemos
llevar algo que comer a nuestros hogares, mi nevara esta vacía desde hace
varios meses, en mis despensas ni muchachas hay, por eso te dijo que antes era un roble y hoy
soy un tronco de un árbol viejo, porque lo más esencial que requiere un ser
humano es su alimentación y no la tenemos, igualmente me quede sin vehículo
porque no me cale más estar en listas de semanas para poder compara una batería
o caucho, no sé ni a quien echarle la culpa, pero si hay culpables somos nosotros
mismos porque nos estamos acostumbrado a poco o a nada”, sentenció.
Al cierre de esta trabajo especial conversamos con la Doctora
en Psicología Social y Docente Universitaria, Yorelis Acosta, quien indicó que
no se trata de estar a punto de volverse loco con la situación que atraviesa el
país, pero la incapacidad de las personas para responder día a día las
necesidades que tienen sin que se genere angustia excesiva no contribuye a nada,
“la situación de crisis que vive el país genera preocupación excesiva, alteración
mental, repercusiones físicas y enfermedades nerviosas generadas por el
conjunto de factores externos negativos que los afectan” explicó.
El sistema pùblico de salud esta en total abandono FOTO: DN |
Concluyó diciendo que “el Gobierno debería apoyar,
invertir y promocionar a la gente que requiera soporte psicológico, y no negar
la situación o esconder cifra, porque lo que hace es ponerle un parche a la
realidad pero quien sufre el ciudadano de a pies”, expresó Acosta.