La preocupación del corazón
salesiano
El hambre no deja estudiar
a nuestros niños indígenas
*** La falta de alimentos y sobre todo la falta de compromiso
gubernamental, pone en peligro la finalización del año escolar para éstos
venezolanos
Euro Lobo SSCC / CNP 12.112
En el ejercicio apostólico
confiado a la Congregación Salesiana, uno de los lugares más inhóspitos para
hablar de Jesús es el Alto Orinoco Venezolano, allí los religiosos llevan
adelante entre otras obras, La Unidad Educativa “La Esmeralda”, ubicada en el
Municipio Autónomo “Alto Orinoco”, en su respectiva capital, atienden una
matrícula de 300 estudiantes, de los cuales 180 están bajo la modalidad de “Casa
Hogar”, es decir viven internos en la escuela durante todo el periodo escolar
incluyendo fines de semana y feriados, debido a la lejanía de sus comunidades
de procedencia. Todos son indígenas, en su mayoría pertenecientes a los pueblos
Yanomami y Yekuana.
La opción clara de esta
escuela son los pobres, las minorías, los últimos, los más desfavorecidos y
desposeídos. Como se ve esta opción está en plena sintonía y en la línea de los
grandes ideales de la revolución Bolivariana que favorece un sistema educativo
inclusivo, igualitario, integrador, emancipador, dando opción preferencial a
las clases menos afortunadas, empobrecidas y marginadas, y entre ellos destacan
de forma particular los pueblos indígenas.
Es menester que estos
niños, nuestros niños venezolanos, se alimenten adecuadamente, cabe destacar
que la escuela y la casa hogar dependen 100% del programa de alimentación
escolar del Estado, y que no se cuentan con otro tipo de ayudas para solventar
la demanda. Así lo ha informado el joven sacerdote salesiano Wilfredo García
SDB.
El caso que preocupa es que
desde el pasado año escolar están sufriendo una grave crisis debido a la
disminución continua en la cantidad de alimentos que se reciben, bien sea del
PAE o del SAE, aseguró el religioso.
Los estudiantes “externos”
no han podido gozar del beneficio del programa, para salvaguardar la seguridad
alimentaria del Internado y no obstante, todavía resultaba insuficiente la
comida. Los representantes de los externos aceptaban esta situación con el fin
de que los muchachos internos puedan estudiar, ratificó García.
En el primer periodo del
año, 15 de Septiembre al 18 de Diciembre solamente se pudo impartir clases
durante un mes, desde el 04 de Noviembre al 04 de Diciembre, y en lo que va de
2016 a la presente no se han podido iniciar las clases.
Con sentimientos de
profunda preocupación los salesianos notan como este ideal educativo, plasmado
en La Constitución Bolivariana, en las Leyes Educativas, y en los Derechos
humanos es una realidad muy lejana en el Municipio Alto Orinoco, ya que
pareciera no solamente estar alejado físicamente de los centros más poblados
del país, sino también alejado afectiva y efectivamente, olvidado de todos los
programas que benefician al pueblo, que aparecen de vez en cuando, mientras el
pueblo sufre el hambre, la miseria y el abandono.
Preocupados ante esta
realidad los salesianos han tocado la mayor cantidad de puertas posibles,
esperando aún alguna respuesta, mientras el calendario escolar sigue avanzando
sin detenerse. Sin comida no hay escuela, sin comida no hay educación, sin
comida la armonía y la paz se encuentran amenazadas, aseguró el Padre Wilfredo.
Es hora del compromiso
nacional, estos hermanos indígenas necesitan de nuestro apoyo y sobre todo del
gobierno, nacional y regional, son parte de nuestro país, merecen la igualdad y
sobre todo nuestra mano amiga.