La supervivencia del majestuoso cóndor andino en Venezuela pende de un hilo, con tan solo una decena de ejemplares confinados en cautiverio, la mayoría de ellos estrechamente relacionados. Ante esta alarmante realidad, la organización Mundo Safari ha puesto en marcha un ambicioso plan de conservación centrado en la reproducción, la diversificación genética y la eventual liberación de esta emblemática especie en su hábitat natural.
Adrián Carrero, responsable del proyecto, informó sobre las gestiones en curso para traer hembras de cóndor andino provenientes de otras naciones. Indicó que esta medida se considera crucial para inyectar nueva sangre al grupo actual, donde seis de los diez cóndores venezolanos son hermanos y conviven con su progenitor, lo que representa un serio obstáculo para su reproducción y la viabilidad a largo plazo de la población.
En la nota difundida señalan que en la zona de El Pedregal, en la carretera trasandina de Tabay, estado Mérida, el centro de Mundo Safari no solo enfoca sus esfuerzos en el cóndor andino. Señalan que su programa de conservación también abarca otras especies en situación de vulnerabilidad en los Andes venezolanos, como el imponente rey zamuro, la escurridiza cascabel de los Andes, la apreciada lapa de montaña y la vistosa guacamaya militar.
“No caza, se alimenta de carroña. Es una de las aves más grandes del mundo, pero no es un depredador”, enfatizó Carrero, quién además subraya el papel crucial del cóndor como limpiador natural de los ecosistemas andinos.
Con información de El Impulso