Prensa UNT.- La desolación dejada por la vaguada que azotó la zona Panamericana del estado Mérida a finales del año 2022 y que ocasionó severos daños en diversos sectores, a un año de la tragedia todavía se respira.
La comunidad Negro Primero, de la parroquia María Concepción Palacios y Blanco del municipio Tulio Febres Cordero (TFC) del estado Mérida, una de las más afectadas, se encuentra en completo abandono.
Un puente artesanal para el tráfico de motocicletas es lo que conecta a los habitantes de la zona con la vía principal. Los productores no cuentan con vialidad para sacar sus cosechas; por tanto, deben hacerlo a riesgo, por el río. Nadie soluciona el problema.