El
OVV Mérida lleva contabilizados 903 delitos cometidos en esta entidad andina,
desde enero de 2019 a septiembre del año en curso. Dada la distribución de la
población, la gran mayoría de estos delitos (un 72,9%) ocurren en municipios
urbanos, fundamentalmente en Alberto Adriani, Libertador y Campo Elías, donde
las agresiones constituyen la principal falta. En el ámbito rural los
homicidios ocupan el primer lugar.
Prensa OVV Mérida
De los 23 municipios
en los que está dividido el estado Mérida, sólo 6 son urbanos: Libertador,
Alberto Adriani, Campo Elías, Sucre, Santos Marquina y Tovar. Incluso, este
puñado de entidades ocupa menos de un tercio del total del territorio merideño.
Aun así, el hecho de que el 70% de la población merideña viva en áreas urbanas
-más la suma de otros factores económicos, sociales y culturales- lleva a que
la violencia interpersonal, un fenómeno evidentemente social, se refleje con
abierta inclinación en estos municipios.
Así lo ha registrado
de manera sistemática el Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV
Mérida), en un estudio que se viene cumpliendo desde enero de 2019 y cuyo
último “corte” se efectuó el mes de septiembre del año en curso, 2023. En los
datos recabados se comprueba que en ese período de 57 meses se han registrado
903 delitos: 658 se produjeron en los ya mencionados municipios urbanos, lo que
representa el 72,9% del total, en tanto 245 tuvieron como escenario el ámbito rural,
lo que se traduce en un 27,1% de las acciones delictivas.
El geógrafo y
profesor de la ULA Gustavo Páez, quien es el coordinador del OVV Mérida, al
revisar los registros globales de la violencia interpersonal en la entidad
merideña, precisa que la totalidad de delitos indicados (903) “provienen de los
casos que logran ser conocidos por la sociedad producto del monitoreo constante
de los medios de comunicación regional”. Esto quiere decir, por un lado, que
las cifras podrían ser más elevadas y, por otra parte, que los resultados
presentados “deben tomarse como aproximativos de la realidad imperante en
Mérida en relación a la violencia interpersonal según municipios urbanos y
rurales”.
Agresiones,
homicidios y robos
En este amplio
registro delictual en tierras merideñas, es posible reconocer algunos datos
relevantes que ayudan a hacer una necesaria diferenciación entre lo que ocurre
en los municipios urbanos y rurales.
Haciendo un balance
en todo el período observado, los principales delitos cometidos en las áreas
urbanas son: las agresiones (26,3%), los robos (24,0%) y los homicidios
intencionales (20,8%). Al integrar estos porcentajes, se evidencia que los tres
delitos aglutinan 71,1% de total de hechos violentos registrados en estos
territorios.
Por su parte, en el
área rural los homicidios intencionales (24,9%), las agresiones (21,6%) y los
robos (16,3%), en ese orden dominan la escena y los tres concentran 62,8% del
total registrado en este ámbito. Vale recordar que los 17 municipios rurales del
estado Mérida son: Andrés Bello, Antonio Pinto Salinas, Aricagua, Arzobispo
Chacón, Caracciolo Parra y Olmedo, Cardenal Quintero, Guaraque, Julio César
Salas, Justo Briceño, Miranda, Obispo Ramos de Lora, Padre Noguera, Pueblo
Llano, Rangel, Rivas Dávila, Tulio Febres Cordero y Zea.
Como se puede
apreciar, los delitos que ocupan los tres primeros lugares (homicidios,
agresiones y robos) son los mismos tanto en zonas urbanas y rurales, sólo que
en cada uno de estos ámbitos cada delito posee un peso distinto que establece
diferencias en la expresión de la violencia interpersonal.
El profesor Páez
destaca en este punto que tanto los homicidios intencionales y los robos en las
zonas urbanas de la entidad, desde 2019 “han perdido progresivamente un peso
porcentual considerable, puesto que, por ejemplo, en 2019 y 2020 -incluso en
años anteriores-, se mantenían año tras año en los dos primeros lugares como
las trasgresiones más reseñadas por los medios de comunicación merideños”.
Comentó el investigador que en el ámbito rural también han disminuido las
cifras de homicidios y de robos, aunque solo en 2021 ambos delitos tendieron a
aumentar un poco para luego descender de nuevo en 2022. Aun así, como indica el
estudio, el homicidio sigue ocupando el primer lugar como delito relevante en
esas mismas zonas rurales.
Tres
municipios destacados
Si bien es cierto que
en los municipios urbanos ocurren poco más de 7 delitos por cada 10 que se
registran en todo el estado Mérida, hay dentro de estas áreas urbanas tres
entidades que concentran la mayoría de los casos del delito que es considerado
el de más impacto violento, como lo es el homicidio intencional. Esos
municipios que más aportan casos de homicidios intencionales -también de
tentativa de homicidios- y de robos (más del 50% de los casos registrados en
estas zonas de estos tipos de delitos) son Alberto Adriani, Libertador y Campo
Elías.
Entre tanto, en las
zonas rurales, donde mayormente ocurren esos delitos (más del 50% de los casos
registrados en estas zonas de estos tipos de delitos) tenemos a los municipios
de la zona Panamericana del estado Mérida, es decir, en Obispo Ramos de Lora,
Tulio Febres Cordero, Caracciolo Parra y Olmedo, y Julio César Salas. No
obstante, hacia la zona del Mocotíes los municipios Antonio Pinto Salinas y
Rivas Dávila también sobresalen con números significativos, detalla el estudio
del OVV Mérida.
Por otro lado, desde
2019 y hasta el presente se dio una tendencia general al incremento de los
delitos de agresión y de naturaleza sexual, y esto aconteció tanto en los
municipios urbanos como en los rurales.
Gustavo Páez también
explicó que, en relación a los tipos de violencia a los cuales se vinculan los
distintos delitos descritos en párrafos precedentes, “se aprecia que dominan en
los dos ámbitos los mismos tipos de violencia: delincuencial común, de género,
sexual, intrafamiliar y contra niños, niñas y adolescentes (NNA); sin embargo,
en los municipios urbanos, la delincuencia común es el único tipo de violencia
que supera a su equivalente en el ámbito rural (24,2% versus 13,6%). En el
resto de tipos de violencia los municipios rurales superan a los urbanos,
teniendo mayor protagonismo la de género (23,4%) y la intrafamiliar (18,5%)”.
¿Menos
crimen organizado?
El análisis de los
datos de este estudio sobre la violencia diferencial, según municipios urbanos
y rurales, también permite establecer que en las áreas urbanas los delitos de
homicidio, robo y otros como el secuestro, la extorsión y las amenazas de
muerte/agresión, están relacionados principalmente con la violencia de tipo
delincuencial común y en menor medida con el crimen organizado. “Un dato
también a destacar es que la tentativa de homicidio y los homicidios
intencionales, en ese orden, en los municipios urbanos un buen número de casos
se relacionan con violencia intrafamiliar y de género”, apunta el coordinador
del OVV sobre este particular.
En esta misma línea
de análisis, se reconoce que en los municipios rurales, por ejemplo, el
homicidio y la tentativa de homicidio, están de forma significativa conectados
más con violencia intrafamiliar y de género. Por su parte, en lo que respecta a
los delitos sexuales que se cometen en ambos ámbitos, los valores porcentuales
de importancia relativa tienden a ser muy similares y están relacionados con
violencia de género, intrafamiliar, sexual y contra NNA. Las amenazas de
muerte/agresión sí tienden a ser mucho más frecuentes en los municipios rurales
cuando se trata de violencia de género, intrafamiliar y contra NNA, en los
urbanos se conecta más con la delincuencia común y en segundo plano con la
intrafamiliar y la de género. Entre tanto, delitos como el secuestro y la
extorsión, aparentemente ocurren con muy poca frecuencia en los espacios
rurales.
El
panorama cambió
Trazando lecturas de
los datos más recientes recogidos en el estudio -vale indicar el período enero-septiembre
de 2023- para el OVV Mérida todo indica que cambió el panorama de los delitos
en esta entidad andina.
En los nueve meses
que van de 2023, en los municipios urbanos dominan ahora más abiertamente las
agresiones (36,9%), le siguen el robo (19,0%) y las amenazas de
muerte/agresiones y los homicidios intencionales (estos últimos bajaron dos
puestos), que se ubican en el tercer lugar con 10,7% respectivamente. El
restante porcentaje (22,7%) lo concentran otros delitos: tentativa de homicidio,
violaciones sexuales y otros tipos de agresiones sexuales, extorsión y
secuestro.
Si se cambia la
mirada hacia los 17 municipios rurales, de nuevo las agresiones se posicionan
en el primer lugar (44,0%), y luego las violaciones sexuales y las amenazas de muerte/agresión
(cada delito con 16,0%) y después le siguen otros tipos de agresiones sexuales
y las tentativas de homicidio, cada uno con 8,0 % de peso relativo. El restante
porcentaje (8%%) lo concentran otros delitos: homicidios intencionales y robos.
Como ya se advirtió, estos últimos datos corresponden no a la totalidad del
estudio (2019-septiembre de 2023) sino sólo a lo que va del año en curso.
Teniendo en cuenta
esa misma aclaratoria temporal, en cuanto a los tipos de violencia, en los
espacios urbanos la delincuencia común continúa siendo la mayor protagonista
(29,4% del total de delitos registrados). Después le siguen, con valores
significativamente menores, la de género y la intrafamiliar con 19,6% cada una,
y luego la sexual (10,8%) y contra NNA (8,8%). En los rurales también
permanecen como principales tipos de violencia la de género (33,3%) y la
intrafamiliar (25,6%), ambas con valores superiores a los urbanos. Después le
continúan la violencia sexual (12,8%) y contra NNA (15,4%) también con valores
de importancia superiores a los del espacio urbano.
Guerra
avisada
El coordinador del
OVV Mérida señaló que una visión amplia y general de los datos recabados en
estos últimos casi cinco años, permite determinar que el número de delitos
asociados a la violencia interpersonal en el estado Mérida “sigue bajando”.
De todas maneras, en
tono de recomendación hacia la sociedad, y tomando en cuenta las
características y evolución de la violencia que le toca enfrentar al merideño
de hoy, se debe reconocer que “los delitos que con mayor probabilidad pudiesen
afectar en la actualidad a los individuos residentes de estas zonas son las
agresiones, teniendo como principal escenario los hogares y la familia”.
Si el escenario
delictivo es un espacio público, establecimiento comercial, transporte público,
entre otros, la mayor probabilidad apunta a que los ciudadanos puedan llegar a
ser víctima de robo (y en otro buen número de casos de hurto, delito no
violento del cual el OVV no lleva registros pero que con frecuencia se reseña
en los medios), a pesar que este delito -el robo- como ya se mencionó, viene
cayendo en número de ocurrencia desde 2019.
En los municipios
rurales, la mayor probabilidad apunta a que los individuos pueden llegar a ser
más afectados y con más frecuencia que en los urbanos, por agresiones y también
por delitos de naturaleza sexual -principalmente en el seno del hogar y la
familia- y por amenazas de muerte/agresión. Con probabilidades bajas de ser
afectados se presentan los delitos de homicidio, tentativa de homicidio, robo,
secuestro y extorsión.
Para el profesor
Páez, en definitiva, mientras un delito tan grave como el homicidio intencional
-incluso también el de tentativa de homicidio- afortunadamente sigue cayendo en
sus números desde 2019, también lo ha hecho el robo; otros delitos -ya se
mencionó las agresiones y los de naturaleza sexual- se han incrementado en la
entidad merideña de manera muy preocupante.
“Esta situación debe
encender las alarmas en la sociedad: en la familia, en las comunidades y en las
autoridades públicas competentes en la materia para generar medidas y/o
acciones que permitan bajar estos números (medidas/acciones de prevención),
proteger a las víctimas y penalizar a los victimarios, todo con mayor
efectividad”, recomendó el coordinador del OVV Mérida. / Prensa OVV Mérida /AS
/ CNP: 8965