En Venezuela hemos experimentado cualquier cantidad de estrategias, formas de lucha, entre otras a través de más de 20 años con la finalidad de lograr un cambio que nos permita superar la grave crisis que hemos vivido y que seguimos viviendo, pero hay algo que no ha cambiado, las ofensas y descalificaciones innecesarias entre políticos y ciudadanos.
La depresión colectiva al momento de ver resultados electorales nos lleva a un momento de reflexión y la frase en común entre todos los venezolanos es “hasta que no vayamos unidos…” y esa frase persiste hasta que se aproxima otro proceso electoral, cuando los ánimos se caldean políticos irresponsables comienzan a llevar un discurso divisor y ofensivo hacia sus adversarios y lamentablemente continúa contagiando a muchos.
Es importante que la clase política entienda que debe ser ejemplo para nuestro pueblo, que con todas las dificultades que se vive en nuestro país lo que menos necesitamos es división, odio, descalificaciones y que unidos detectemos que quien se dedica a ofender es porque en realidad no tiene nada que proponer, ya basta que nos enemistemos con nuestros vecinos y hasta con nuestras familias para beneficiar a otros, el objetivo debe ser colectivo, no el de pequeños grupos.
Una grave crisis nos lleva a esperar cambios mágicos o que llegue un mesías y nos resuelva nuestros problemas, la verdad es que el cambio real está en cada uno de nosotros, con lo que hagamos o dejemos de hacer a diario, cada vez que criticas u ofendes a otro más que hacer prevalecer tu idea estas fracturando la posibilidad de construir un camino juntos, aunque pensemos distinto tenemos un mismo objetivo, un mejor país para todos.
Esto no quiere decir que no podamos manifestar nuestras ideas o pensar distinto, el problema se presenta cuando caemos en fanatismo, donde las ideas contrarias dejan de ser tomadas en cuenta o respetadas y caemos en atacar de forma ofensiva a otros, así es imposible unirnos tras un proceso de primarias o consenso ya que se forman divisiones de base totalmente irrecuperables que a quien en realidad beneficia es a los verdaderos culpables de la tragedia que estamos viviendo.
Si hacemos lo mismo, va a pasar lo mismo y lamentablemente estamos cayendo en un foso del cual va a ser muy difícil recuperarnos si como ciudadanos no ponemos un alto y comenzamos a exigir a nuestros dirigentes y candidatos concentrarse en que la batalla sea de ideas y propuestas en nuestro beneficio y que en base a todo esto podamos elegir no al mejor candidato(a) sino al(la) mejor presidente.
Para finalizar, es importante que juntos formemos un camino donde podamos hacer historia y que cada ciudadano ponga su granito de arena y unidos formar parte de un cambio que más del 80% del país anhela, sin fanatismos, sin odio, sin ofensas, pero si con una visión en conjunto que permita lograr el éxito, con entusiasmo, optimismo y con un real compromiso en que este camino está realmente en tus manos, no en la de otros, que cada acción en positivo por pequeña que parezca puede promover un cambio real del cual estoy completamente seguro en un futuro cercano veremos los frutos obtenidos, que nada te distraiga, que nada te haga salir del rumbo, porque juntos podemos salir adelante.
