Pintaron una pared de dos metros donde puedan posar para fotos en la Unidad de Larga Estancia mientras los otros cuatro pisos del edificio conocido como la dependencia de la zona norte del Hospital Universitario de Los Andes, siguen padeciendo el abandono, años sin ni siquiera recibir un cariñito por parte de los gobernantes de turno.
Falta de personal para cubrir los turnos de cuidado y atención de los más de 30 pacientes entre mujeres, caballeros y niños que permanecen recluidos en este centro de salud por presentar condiciones psiquiátricas especiales y otros abandonados por sus familiares.
Los pacientes sobreviven de los donativos que la gente de buen corazón les hacen periódicamente, necesitan pañales, alimentos no perecederos, ropa en buen estado. En el piso superior de ese mismo edificio decoran con bombas y hasta payasos contratan cada vez que realizan operativos de cirugía ambulatoria infantil para cumplir con la deuda quirúrgica existente en el estado.
Lo bonito y lo feo: lo bonito siempre sale ante las cámaras, con sonrisas de oreja a oreja para las vallas publicitarias; mientras tanto, lo feo ni siquiera se ocupan de atenderlo y se hace invisible ante los ojos de los políticos de turno. JQ, CNP 23.851.
