jueves, 13 de octubre de 2022

A un año de la partida al plano celestial del presbítero Jhon de Jesús González Ortega, ejidenses extrañan su labor social






El burgomaestre de Campo Elías Ing Simón Figueroa habla de una gran remembranza del Padre Jhon expresó, que desde el año  2012 en una bella y conmovedora  misa  celebrada en el colegio nuestra Señora de Fátima, en compañía de mi esposa Lourdes y mi hijo Arnaldo, acompañamos a nuestra pequeña niña María Valentina a ese acto de fe y ahí tuve la oportunidad de conocer a un hombre maravilloso, ese hombre era el sacerdote que ofició la misa que con mucha fe y humildad llegó a mi corazón. 


En el 2014 me designaron presidente de Tromerca y consolidamos una amistad sincera y duradera, cada vez que teníamos un evento en la que era propicia la celebración de una misa de acción de gracias, el primero que estaba en la empresa  con nosotros, era nuestro querido sacerdote.

El    2 de julio mi madre sufre un infarto y muere en esta ciudad y fue trasladada  a la ciudad de Caracas para darle cristiana sepultura, el día siguiente nos encontrábamos en la funeraria y cuál fue mi sorpresa, sentí la mano amiga en mi hombro y cuando miré hacia atrás ahí estaba ese sacerdote, mi hermano y amigo *JHON GONZALEZ*.

Recuerdo  que un día fui y me dijo Don Simón, acompáñame, así lo hice y llegamos a la iglesia ubicada en la comunidad Carlos Sánchez, entramos, buscó la imagen de San Miguel Febres Cordero que media aproximadamente 30 centímetros y dijo: don Simón yo quisiera tener una imagen con el tamaño natural de Miguel Febres Cordero, ahí culminó nuestra conversación.


Ese mismo día comencé averiguar sobre la vida de San Miguel Febres Cordero,  leí sobre su historia y al día siguiente llamé al escultor Manuel Suescun,  lo contraté para que hiciera la imagen del santo, rápidamente al mes el escultor me entregó la efigie con su tamaño real.  

Posteriormente,  fijé  la fecha para el 14 de octubre siguiente, justamente cuando se cumplían los 26 años de haber sido elevada a parroquia eclesiástica San Miguel Febres Cordero, en la que entregaría esa hermosa imagen a la iglesia y al amigo padre Jhon.



El 13 de octubre cerca del medio día  me llama una camarada concejal para decirme que estaban llegando a la Clínica de la ciudad con el padre Jhon, que estaba infartado.  Salimos de inmediato, nos montamos en la camioneta y llegamos a la emergencia en algunos minutos y ahí,  sobre la camilla estaba mi hermano y amigo, el párroco del pueblo... muerto, no lo podía creer.


La noche anterior, 12 de octubre, me había enviado un mensaje de voz a mi teléfono celular dándonos la bendición,  a mí y a nuestra familia, eso nunca lo había hecho entiendo que fue la despedida, pero también me dijo que tranquilo que todo iba a salir bien, que seguiría en la alcaldía.


Concluyó Figueroa, El párroco de los ejidenses siempre seguirá presente en nuestro pueblo, pero fundamentalmente en nuestros corazones. /Prensa AMCE



Un Nuevo estilo de periodismo Objetivo y Veraz