Pasaron las elecciones y las promesas no se
han cumplido
Jade
Delgado
Diciembre ha sido un mes de apagones
eléctricos en el estado Mérida, todos los días los habitantes de esa entidad
deben soportar entre tres y cuatro horas sin electricidad, fallas que algunas
veces se repiten durante el día.
Para los ciudadanos, es una burla que luego
de las elecciones del 21 de noviembre pasado comenzaron a agudizarse las fallas
de los servicios públicos, pero antes de los comicios los candidatos prometían
"recuperar espacios y resolver problemas".
Las denuncias más comunes las hacen las
personas porque se dañan los equipos: computadoras, neveras, televisores,
microondas, bombillos y otros, debido a las fluctuaciones de voltaje, "la
luz se va varias veces y llega con mucha intensidad, eso nos daña los aparatos
y nadie los repone, no ganamos dinero para repararlos", apuntó Ivon
Sánchez, habitante de la población de Ejido, donde no pasa un día sin que falle
la electricidad y el agua potable.
La entidad andina durante años viene
sufriendo los coletazos de políticas públicas erradas, cuyas consecuencias son
un sistema de salud precario, escasez de combustible, instituciones educativas
en ruinas y abandonadas, carreteras destruidas, fallas con el agua potable en
plena pandemia del coronavirus, pésimo servicio eléctrico de las
telecomunicaciones, problemas graves con el transporte de pasajeros, escasez de
dinero en efectivo y crisis económica que afecta a todos por igual.