HABLEMOS DEL TERCERMUNDISMO
Por
José Ramón Belandria Rosales
joserbelros@hotmail.com
Siguiendo con
el estudio del pensamiento de Carlos Rangel, hoy hablaremos del Tercermundismo.
El tercermundismo es un conjunto de ideas premeditadas, que son concebidas a
principios del siglo XX por los Comunistas Rusos, motivados por sus ansias
expansionistas hacia los países llamados del Tercer Mundo.
Los objetivos
de esta ideología son: Primero, despertar el desprecio y el rechazo de los
países del Tercer Mundo a los países desarrollados de Europa Occidental y Los
Estados Unidos; Segundo, persuadir a los países del Tercer Mundo, que los intereses de los países desarrollados
son contrarios a sus intereses, para evitar cualquier influencia de estos; Tercero
hacer ver a estos países, que el único camino a su salvación es el socialismo y
la Unión Soviética.
Todo esto con
la intención de despejar el camino para lograr la conquista ideológica, la colonización
y la posterior adhesión de estos países al Bloque Comunista y mantener la
hegemonía del poder.
La ideología
Tercermundista parte de afirmaciones que son medias verdades, pero usando una
intensa propaganda y la ayuda de los intelectuales comprometidos con el socialismo que las promocionan en
todos los escenarios en cada país, las hacen ver como auténticas verdades a la
población, en la que produce un cambio en la cultura, una nueva forma de pensar
y de ver el mundo. Esas afirmaciones son:
Primera, “El Desarrollo es la Riqueza”.
Esto es una
media verdad, porque si bien es cierto que se requiere riqueza para el desarrollo,
la verdad es que el desarrollo es una
cultura que tiene como objetivo optimizar la capacidad de generar
riqueza con la producción de nuevos bienes y servicios de excelente calidad,
que multiplica el valor de las materias primas y mejora el nivel de vida de los
ciudadanos. Una evidencia de esto es Venezuela, que es un país rico en recursos
naturales, pero no es desarrollado porque no tiene la cultura y la capacidad de
generar riqueza.
Segunda, “Los países son Desarrollados y Ricos
porque le han arrebatado la riqueza a los países pobres por la sustracción
durante la Colonia, o por el intercambio comercial desigual”.
Igualmente estas
son medias verdades, si bien es cierto que los países colonizadores sustrajeron
riquezas de las Colonias, la verdad es que los que tuvieron las Colonias más
amplias, España y Portugal, no son los más desarrollados; mientras que Alemania
Occidental y Singapur que nunca tuvieron Colonias son países muy desarrollados.
El intercambio desigual también es una media verdad, porque aunque este pudo
haber favorecido en algún momento a un país; en la mayoría de los casos ha sido
un intercambio voluntario donde ambos han ganado.
Luego de
analizar el trabajo de Carlos Rangel, llegamos a la siguiente conclusión: El
tercermundismo es un engaño de los Comunistas Soviéticos, con el que pretendían
sacar provecho político de las diferencias en el desarrollo de los países, con
el fin de lograr la hegemonía del poder.
Pero además promueve un conjunto de ideas que han causado y siguen causando un
gran daño a la cultura de los países del Tercer Mundo, haciéndole creer a la
población que son víctimas, que todos sus males son culpa de otros, y que no
dependen de sí mismos superar la pobreza, y a ver el desarrollo muy lejos de su
alcance. No les han permitido entender que a los Recursos Naturales se les
puede multiplicar varias veces su valor original, mediante la producción de
nuevos bienes y servicios en forma eficiente, a través del trabajo, el estudio,
la investigación científica, en un ambiente de libertad intelectual que permite
al máximo el desarrollo del ingenio y la creatividad humana; de libertad
económica que garantiza el libre emprendimiento, la propiedad de los bienes y
el intercambio voluntario; todo esto bajo una atmosfera de confianza y de
respeto al ser humano y a la Naturaleza.
Aun hoy, los
Gobiernos Populistas de estos países siguen culpando a las Naciones desarrolladas
de todos los males, alejándolos aún más
del desarrollo, pero justificando su incapacidad.